
Sede Canónica
Historia del Convento
Historia del Convento
Situada en el centro de la ciudad, la Iglesia Conventual del Santo Ángel de la Guarda fue fundada por los Carmelitas Descalzos procedentes del Convento de Nuestra Señora de los Remedios en 1587. En la construcción de la Sede Canónica de la Archicofradía de Nuestra Señora del Carmen intervinieron el maestro de obras Juan de Segarra y el arquitecto Pedro Sánchez Falconete.
Tras la invasión napoleónica y la desamortización, en 1863 pasó a ser propiedad del Estado, siendo utilizado como cuartel de carabineros tras sufrir el expolio y la destrucción de grandes joyas artísticas. Cabe destacar, que pese a ser propiedad del Estado, los Carmelitas seguían atendiendo la iglesia como capellanes.
El 5 de Septiembre de 1881, el exclaustrado Fr. José M.ª de la Santísima Trinidad entregaba la iglesia a los Padres Pablo de Santa Teresa, Estanislao del Niño Jesús y Fernando de la Inmaculada Concepción. La parte del antiguo convento, que les daba para vivienda, era muy reducida. Con la esperanza de hacer una buena fundación, fueron soportando las incomodidades y las impertinencias del citado P. José M.ª. Ante la imposibilidad de ampliar el local y pasando el tiempo sin conseguir mejorar las condiciones de vida, a petición del Definitorio de la Provincia de Navarra, el Definitorio General acordó la supresión de la fundación el 4 de enero de 1884.
Volvió el P. José M.ª a encargarse de la iglesia. Restaurado el convento de franciscanos de San Buenaventura, fueron ellos quienes se encargaron del servicio del Santo Ángel, hasta que en 1904 tomaron posesión definitivamente nuestros padres. El P. Venancio de Jesús M.ª, a la sazón Provincial de Castilla, envió a Sevilla al P. Luís M.ª del Sgdo. Corazón de Jesús. Era arzobispo de la metrópoli sevillana el Cardenal Marcelo Spínola y Maestre, quien dio su licencia el día 1 de julio y prometió facilitar y ayudar a los padres en todo lo que pudiese. El 18 de julio concedía la Sagrada Congregación de Religiosos el rescripto de fundación, al que daba su visto bueno el Definitorio General el día 20 del mismo mes.
El día 3 de octubre de 1904, D. Manuel Estrada y Fernández Peñaranda, en nombre del Cardenal, hacía entrega de la iglesia y sus dependencias al P. Luís M.ª. Aunque muy estrechamente, la comunidad, compuesta solamente por dos o tres religiosos, consiguió acomodarse. Hata enero de 1905 no llegó el que habría de ser el primer Superior de la casa, P. Narciso de San José, que solo estuvo hasta Julio, pues, restaurada la Semiprovincia, volvió a Castilla. Elevada a Vicariato la residencia, fue nombrado Superior el P. Luís M.ª, que inmediatamente inició las negociaciones para recuperar el antiguo convento. La parte que daba a la calle Rioja estaba ocupara por la Económica y la parte que daba a la calle Lombardos, hoy Muñoz Olivé, pertenecía a la Hacienda pública, que la había alquilado a particulares al abandonarla el cuerpo de Carabineros.
Valiéndose en Madrid de las influencias del Marqués de Mondéjar, pudo recuperarse la parte de la calle Lombardos. Al arrendatario, D. Francisco Narbona y Beltrán, hubo que entablarle pleito para que abandonase las dependencias. Recibidas éstas, se iniciaron inmediatamente las obras necesarias, que se prolongaron por la penuria económica de la comunidad hasta 1908. Fue recuperándose la economía doméstica y en 1917 se pensó en la edificación del edificio conventual. Se encargó del proyecto al famoso arquitecto, constructor de la Plaza de España y de los edificios de la Exposición Iberoamericana, D. Aníbal González y Álvarez Osorio. Quiso éste reedificar de nuevo todo, pero las exigencias de las ordenanzas municipales no lo permitieron, sino perdiendo parte del solar. Conservando entonces los muros primitivos, se reformó totalmente la distribución interior y se replanteó de nuevo la fachada recubriéndola de ladrillo, lo que le dio un aspecto nuevo y original.
Al P. Luís M.ª y a la generosidad de D. Francisco de Paula Recur se debe la culminación de estas obras, que fueron avanzando lentamente, pues hasta octubre de 1926 no se pudo poner la clausura, finalizadas ya totalmente.
El convento, en líneas generales, cambió poco desde aquella fecha hasta 1941 en que se adaptó el anterrefectorio para salón de conferencias y reuniones, aunque con especiales privilegios a la Hermandad del Valle, a la que se cedió el salón en usufructo. En 1950 se adaptó parte del piso alto para Curia Provincial y almacén de MIRIAM.
La iglesia ha sido mejorada y ampliada. Cuando tomaron posesión de ella solo tenía la nave central. En 1924 se reformó completamente la capilla del Sagrario. En 1934 las capillas laterales del lado de la epístola se comunicaron entre sí formando una hermosa nave, que amplió mucho la capacidad de la iglesia, aunque quedó asimétrica, por lo que toda la ilusión de la Comunidad se centró en conseguir los terrenos para abrir otra nave similar al lado del evangelio. Este sueño se vio hecho realidad durante el trienio en que fue Superior de la casa el P. José Antonio del Niño Jesús (1960-1963). D. Pedro Escribano, que había adquirido las casas contiguas regaló el terreno necesario con algunas condiciones. Se construyó la tan deseada nave. Se reformó la capilla del Sagrario, colocando un nuevo Sagrario de plata y el maravilloso Cristo, llamado de los Desamparados, obra cumbre de Martínez Montañés. También se tiró la techumbre de la iglesia que amenazaba ruina y se rehizo con vigas de hierro.
En 1963, se construyó, para librería y dependencias de la revista MIRIAM, un cuerpo de edificio sobre lo que era antigua capilla del Carmen, en la calle Rioja, a la derecha del atrio de la iglesia, según se entra desde dicha calle.
En los años 70 se inicia la construcción de un gran edificio comercial en el espacio que ocupaba el antiguo convento y los locales de la contigua Sociedad Económica. Mientras se realiza la construcción del nuevo convento, que ocupará una de las plantas del nuevo edificio, los religiosos trasladan su residencia a “la alquería” en la cercana localidad de Santiponce, desde donde siguen atendiendo el culto de la iglesia.
El 12 de Septiembre de 1983, el arzobispo D. Carlos Amigo Vallejo inauguraría y bendeciría el nuevo convento. Posteriormente, una reforma que se termina en el 2009 adecentaría la clausura y las estancias comunes de los religiosos.
Puerta principal
Puerta principal
En la fachada principal, podemos observar la portada realizada en piedra, con pilastras estiradas a sus lados y destacando en la parte superior al Santo Ángel de la Guarda protegiendo a un niño, rematando una cruz realizada también en piedra.
El edificio colindante constituye el nuevo convento, inaugurado en 1983 por el arzobispo Fray Carlos Amigo Vallejo.
Cabe destacar de la fachada principal la siguiente leyenda latina:
“ANGELIS.SVISDEVS
MANDAVIDTE.VTCVSTO
DIANTTE.INOMNIBVS
VIISTVIS”
«Dios mandó a sus ángeles para que te custodiasen en todo momento».
Interior del Convento
Interior del Convento
Al acceder al interior del convento, podemos observar que está compuesto de 3 naves y crucero, siendo su traza de cruz latina.
La nave principal está cubierta con bóveda de cañón, mientras que las laterales son de arista.
Una de las grandes bellezas que podemos encontrar en el interior del Convento del Santo Ángel de la Guarda, es la bóveda semiesférica que se encuentra en el centro del crucero, destacando por su decoración pictórica.
Si nos situamos en la nave derecha, se encuentra la capilla de nuestra titular, Nuestra Señora del Carmen, siendo esta la imagen central de la capilla. Flanqueándola están Santa María Magdalena de Pazzi y el beato Franco de Siena, siendo estas obras del s.XVIII.
El altar de nuestra amantísima titular está formado por un baldaquino de estilo rococó, realizado por el taller de los Hermanos Caballeros en 2017 y una mesa de altar es de estilo barroco del s. XVIII.
De gran belleza es el techo de la capilla, siendo este de estilo mocárabe, en el que se forman celdillas hexagonales.
Bajo el lienzo de la Inmaculada, se encuentra la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Humildad, obra del imaginero Antonio Luis Troya en 2017. Esta imagen fue donada por una familia a la Comunidad de Padres Carmelitas Descalzos.
Dejando la vista atrás de la capilla de Nuestra Señora del Carmen podemos encontrar en la nave derecha al Cristo de la Buena Muerte y los altares de Santa Teresita del Niño Jesús, San Antonio, Sagrado Corazón de Jesús, San Elías, Virgen de Lourdes y Santa Bernadette, Inmaculada Concepción y ocupando la cabecera de esta nave el retablo de la Virgen del Pilar.
Si por el contrario, nos situamos en la nave izquierda de la Iglesia, podemos observar los altares de tres de nuestros titulares, el Milagroso Niño Jesús de Praga, Santa Teresa de Jesús y San José.
La imagen del Milagroso Niño Jesús de Praga es obra de Fernando Aguado del año 2006, vestida con vestiduras imperiales, coronado y portando el globo terráqueo en su mano.
El altar es obra del imaginero, pintor y restaurador Antonio Díaz Arnido en el que se representa al Venerable Francisco del Niño Jesús “el Indigno”; Doña Polixena de Lobkowicz entregando la imagen del Niño Jesús a los Carmelitas Descalzos de Praga; ya en el ático, Gloria de ángeles, que portan el lema de la devoción al Niño de Praga: “Cuanto más me honréis, más os favoreceré”; La Sagrada Familia visitando a los ermitaños del Monte Carmelo y, finalmente, el beato Eufrasio del Niño Jesús.
Si nos adentramos más en la nave lateral izquierda, junto al altar del Milagroso Niño Jesús de Praga, se encuentra el altar con las imágenes que representan la Transverberación de Santa Teresa de Jesús, momento en el que el ángel se dispone a clavar el dardo de Amor de Dios en el corazón de la Santa.
Sobre las imágenes podemos leer un fragmento de una de las poesías escrita por Santa Teresa de Jesús: “Vuestra soy, para vos nací”.
Si avanzamos, podemos observar el retablo de la Esclavitud del Señor San José, junto a Santa Ana y San Joaquín, siendo este altar de tres calles separadas por columnas.
En esta nave también podemos encontrar el Ángel de la Guarda, donde los niños solicitan su protección colocando sus fotos y los altares de la Virgen de Fátima, María Auxiliadora, San Expedito, Nuestra Señora de los Siete Dolores, Virgen de la Salud y Capilla Sacramental, siendo esta obra del Aníbal González, donde se encuentra la imagen del Cristo de los Desamparados.
Si nos situamos ante el presbiterio, podemos encontrar el Retablo Mayor, siendo este de estilo neoclásico del s.XIX, ya que el anterior del siglo XVII fue destruido por los bárbaros franceses.
El actual, está presidido por la imagen de la Virgen del Carmen, obra de Cristóbal Ramos en 1780. Dicha imagen fue coronada canónicamente por el Arzobispo Monseñor Asenjo en el año 2015.
A sus lados podemos observar las imágenes de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.
En el ático, se encuentra un gran sol con el anagrama de María. En cada lado, sobre el banco del retablo, podemos ver las imágenes del arcángel San Rafael y del Santo Ángel de la Guarda escoltando en el centro un templete con la imagen del Niño Jesús en su interior.